Una mirada torturadora a un mundo caótico, repleto de anomalías macabras que muchos ignoran. Observado desde una distancia prudente y experimental.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Conejo inmigrante

Los días y noches surcaban los cielos del bosque oscuro, un espectáculo digno de ver a su debido tiempo y momento, lamentablemente en esta historia el día daba paso a la noche en tan solo 10 minutos, eso al menos para el ojo de cualquier criatura ajena a este mundo, pero para el conejo, el día es solo uno más.

La rutina y el clima hizo que viajar a otro país fuera necesario, un idioma diferente junto con un sin fin de cosas por ver, oler, probar y tocar, todo una vida había sido necesaria para conocer por completo una sola pata de dicho conejo, ahora en tan solo unas tardes y escasas noches se debía conocer todo una cultura, todo un nuevo mundo, un sin fin de opciones y caminos nuevos que tomar.

El impedimento de la cultura, el dichoso bloqueo mental mezclado con el miedo al rechazo o a lo desconocido, simplemente no existían en ese conejo, las ansiedad y emotividad también habían desaparecido al primer paso por aquel lugar extraño. La valentía ni se hacia presente, en cambio la firmeza y la fuerza tomaban parte de la pequeña criatura, no era mas que un paso hacia nuevas rutas, no es mas que un ligero viento en la espalda desnuda de cualquier motociclista aventurero.

La oscuridad invitaba a la fiesta, una mirada hermosa de los lugares comunes ahora a la luz de una farola, revelando una escena clásica del ballet mundial, la danza de luz y sombras, el juego entre le belleza y el miedo, ese espectacular baile que invita a pintarlo en papel o a correr por el callejón.

Es una aventura sin igual, y la comparte con la sombra sin nombre, un borroso ser que parece perderse en ocasiones con la negrura del pavimento y la difusa imagen que presentan los charcos de la gran ciudad. No es mas que un pasea dominical, con una sonrisa morbosa al cruzar las calles que en unas horas estarán repletas de criaturas amorfas, justo ahora es solo suya, es el rey bastardo de las banquetas, el temerario trotador de semáforos, el heroico caballero protector de sombras. Al final es solo un paseo, en su hogar esta la calma, en la calle esta la inspiración, en su mente esta la libertad, es solo un paseo de 10 minutos a la vista de las criaturas ajenas a su bosque negro, es un día más para el.
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Kurono Atsushi

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