Un día como cualquier otro su querido anfitrión caminaba por uno de los famosos pasillos del metro de la ciudad de México, el tiempo se detuvo y una música romántica al puro estilo de Frank Sinatra se produjo espontáneamente, mientras tras de la escena apareció un fondo de corazones digno de instagram.
Mis ojos olvidaron a la multitud que me rodeaba, y mi cerebro se concentro a un 200% en unos bellos pantalones de mezclilla azul discreto, tan ajustados que permitían ver la figura bien moldeada de una muchacha, a la cual no pude admirarle nada mas que ese trasero y piernas fuertes que sobresalian de ese FUROR tan entallado.
En tan solo un segundo la maza de personas se abalanzo como una jauría de hienas hacia los vagones del metro, y el trasero de esa mujer se perdió entre las guangas y marchinas nalgas de docenas de chilangos apestosos. El timbre que anunciaba la salida del metro sonó, y yo aun enamorado de ese par de glúteos, atontado gire la vista, y solo pude ver a una mujer estilo tepiteña muy mal proporcionada.
Tenia pantalones blancos que dejaban ver su tanga mal acomodada, una prenda tan pegada que las lonjas y carnitas del día anterior salían como helado desparramado de un cono, siguiendo su figura note que todo lo que no cupo en ese pantalón subió en capas, capas de lonjas, las conté para mi deleite, y para mi desgracia perdí la cuenta al ver que su playera tampoco le quedaba, y dejaba ver un poco de su muy buen torneado abdomen, el cual por falta de una higiene digna se podía observar una gruesa capa negra de mugre entre pliego y pliego de carne...
Ojala nunca hubiera visto esos Pantalones Ajustados
0 comentarios :
Publicar un comentario