Una mirada torturadora a un mundo caótico, repleto de anomalías macabras que muchos ignoran. Observado desde una distancia prudente y experimental.

jueves, 16 de noviembre de 2017

El monologo del presente.

Con alevosía y ventaja de mi estatus, de mi posición en la cadena de reyes sobre los mundos corpóreos, esos aposentos deformes y gloriosos llamados cuerpos, con bultos que cuelgan o con carne que se contrae, aquellos amorfos engendros de la naturaleza que con ropa esconden su mas vil vergüenza a la vista de otros seres que lo único que hacen es excitarse o barrer con la mirada nuestras imperfecciones en busca de algo en lo que sean mejores o menos repugnantes.

Si, desde lo alto de mi mente logro vociferar unas palabras, una idea utópica y un decreto bendito en mi mundo, ese pequeño espacio en mi cabeza sin profanar por algún otro ente de 2 piernas, 2 brazos, 1 corazón y lamentablemente un abdomen con órgano sexual incluido.

Mi absurdo pensamiento existencialista y torturador formo una imagen del ser humano deformado por la época actual en la que el tiempo avanza como si participara en un maratón, de esos que hoy en día abundan por doquier, de esos que solo sirven para recaudar dinero a costa de la excitación dada por poner un pie frente a otro, a un lado de otras docenas de personas que disfrutan pagar por hacer lo mismo que podrían hacer en algún parque o alameda, así esta mi mente, corriendo a mil por hora rebosando sus senos con sudor sabor a sal y olor a placer. Esta mente sucia de mi ser perfecciono el arte de la depravación mental, la autodestrucción emocional o la ilusión abstracta. En un camión con olor a gasolina, marihuana y flatulencia, se formo el pensamiento de un ser sin ojos, no, miles, millones, trillones de seres amorfos con huecos en lugar de ojos, con la cabeza dirigida simétricamente a un aparato futurista para mi ser y natural a mis manos, llamado smartphone. Los dedos entrecruzados escribiendo blasfemias, chismes y transparencias de cada individuo, informando a las masas de su estatus emocional, económico y sentimental, mirando una caja delgada que emite luz y forma imágenes en el aire como por arte de magia.

Veo un ser sin ojos, dirigiendo su nariz a un objeto inanimado, inhalando gas metano proveniente de otro ser nauseabundo que escucha música sin inmutar su ser, veo ojos en esos aparatos, observándolo todo, cazando, buscando presas, no lo se, me da miedo, esa caja esta absorbiendo su mente y su ser, esta convirtiendo sus dedos en mentes y sus mentes en estómagos, los estómagos en anos, y los anos en bocas.

Trato de huir y me golpeo con mi reflejo, si, aquel que esta publicando su miseria en facebook, y duele, y se tiñe de sangre el suelo, los pantalones y mi casa favorita, mientras río, grito y lloro, pues nadie mas me esta leyendo.

Mañana lo publicare.


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Kurono Atsushi

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