Días absurdos de monotonía me hacen desvariar, la necesidad de enfocar mi mente al vació es mas grande los días viernes, es obvio que el licor clama un lugar de honor en mi memoria, pero es un grito desesperado que a veces escucho con entusiasmo.
Un rayo promiscuo hace aparición en escena, inoportuno pero certero, tarde o temprano afrontaremos la realidad, yo te amo, pero no me amo a mi... y en esa desesperada búsqueda de solución se pierden objetivos concisos, pero no importan a menos que duelan...
Estamos condenados a vagar, a inundar la mente con flores marchitas y promesas olvidadas, perdimos algo en el andar y olvidamos cada noche donde guardamos la piel del deseo, es fácil fingir un día mas, pero es difícil vivir una noche atrás.
Nos cubrimos los ojos con aires de amor y libertad encerrados en 4 paredes y un cartón de cerveza, ya nada es real, y mañana encontrare en ese bar una nueva historia que contar, despertare indiferente y con la piel de mañana... tal vez otra distinta, no lo se , si lo supiera moriría esta noche.