Una mirada torturadora a un mundo caótico, repleto de anomalías macabras que muchos ignoran. Observado desde una distancia prudente y experimental.

viernes, 13 de enero de 2017

Prescindible


Me gustaría ser amado de la manera mas vulgar y simple del mundo, formar parte de ese circulo social superficial, plástico y vació, ser parte de un mundo sin importancia, de un mundo que fácilmente se puede derrumbar o sencillamente mal interpretar. Me gustaría gobernar su mente un instante, enamorarla de una manera tal que solo piense en preservar dicho momento, robarle un suspiro o quitarle la mirada del mundo, obligandola a mirarme solo a mi, sometiéndola descaradamente a guardarme junto a otras banalidades, convirtiéndome en otro ser mas del dominio publico.

Me gustaría sentir que soy yo quien gobierna un segundo su mente, que gano la batalla contra el mas alto, el mas fuerte o el mas guapo, me gustaría sentirme un poco mas feliz, perteneciendo un poco, y solo un poco mas en su mundo, salvándome de la perdición, salvándome de un agujero horrible y caótico que absorbe todo recuerdo de mi, con miedo a la extinción, me gustaría ser amado como se ama a un extraño.

Y así, lentamente voy buscando esa importancia, esa relevancia sobre los demás, por que nada me hace sentir mejor que el poder despertar y calmar mi mente por un instante, iniciar, continuar o finalizar el día sabiendo que aunque sea de la manera mas vulgar y simple del mundo, no estoy desapareciendo, pero no es así, voy perdiéndome entre la niebla, esperando como el digno prospecto a idiota, esperando el día en el que pueda sentirme completo, pero estoy por debajo de la media, por debajo de aquel hombre con pose heroica que casualmente se cruzo en su camino, casualmente lucia lo suficientemente hermoso, poderoso e importante como que fuera inmortalizado y preservado por sobre todo esfuerzo mio.

Me gustaría solamente calmarme, no pensar en ello, pero me es imposible, la cosa mas simple del mundo, la mas vulgar no la merezco, no se piensa en mi, es por ello que soy desechable, insignificante y fácilmente reemplazable, y lo peor es que he llegado al punto en el que yo me lo creo, pues es una practica muy común para deshacerse de mi o pensar en alguien mas. Me gustaría ser ese hombre, aquel que fue lo suficientemente importante como para no hacerlo desaparecer, pero miro al espejo y me veo a mi, a punto de esfumarme entre el vapor del baño y mis lagrimas, luego miro el mundo del cual vengo y me doy cuenta, una vez mas, que es real, me estoy esfumando un poco a la vez, y a nadie parece importarle.

Me gustaría saltar y gritar, me gustaría que ese alguien escuchara y me diera un poco de ese amor vulgar y simple que calme mi ser. Pero me rio con amargura, pues no soy mas que prescindible que un momento sin relevancia, así que no puedo aspirar a ser mas que un fugaz halo de espacio muerto, que roba un poco de oxigeno en su paso.
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Kurono Atsushi

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