Esta mujer, que esta gimiendo tan despacio como si el tiempo le congelara los músculos de su cuerpo, es la que alguna vez fue mi novia, una pequeña musa que tenia el efecto de mostrarme un egocentrismo que en vez de querer, odie cada día, mas sin embargo fue mía, y juntos entre caricias, besos y forcejeos, noches pasionales en los lugares incómodos e inhóspitos que nuestras hormonas pudieran encontrar. Así durante un tiempo, nuestro cariño surgió a espaldas de la sociedad, y sin importar que, nuestros cuerpos siempre se encontraban, seria una grave falta a mi ética moral, mentir, así que en mi defensa, su cuerpo me volvía loco, y siempre desee el poder hacerlo vibrar con mas energía en un espacio mas privado, mas sin embargo algún ser demoníaco en mi cabeza solo pensaba en el aquí y en el ahora, por lo que el sacrificio de la privacidad fue necesario con el único fin de escucharla gritar mi nombre.
Obligando a mi mente a volver en el ahora y sincronizando el placer con mi lengua, termino mi labor con un bello aroma femenino en mis labios, unos recuerdos gratos de nuestras aventuras de novios y una mujer excitada frente a mi, así que sin pensarlo mucho tiempo me dispongo a besarla pasionalmente, en una mezcla de fluidos y saliva se esconde mi cariño por ella y mi profundo deseo por poseer su cuerpo, invadiéndola de placer, un placer que se hará evidente con sus sonoras alarmas de éxtasis que lo único que provocan en mi es un odio al mundo por no poder tenerla, justo así, desnuda y solo mía por siempre. Así la veo, una mujer hecha a la medida, amoldada para tener sexo conmigo, para discutir por tonterías y para no podernos tener mas de una noche el uno al otro, así la veo debajo de mi, con las mejillas ligeramente rojas, con sus labios rojizos, entre abiertos que incitan a morderlos ligeramente, una parte erótica que levanta mis mas profundas fantasías, una boca que se encuentra entre el limbo de la perfección sexual y la inocencia femenina, con una ligera mezcla de imprudencia, pues esa linda boca de vez en cuando, deja escapar un sonoro gemido que alerta a los alrededores de nuestro encuentro intimo.
Arriba, abajo, dos palabras que suenan fáciles, dos acciones que cualquiera diría que podría ejecutar en cualquier momento, pero yo no, no ahora que la veo jadeando de cansancio, no ahora que veo sus senos esparcidos por su pecho, dos bolsas de agua en las que con orgullo pasaría mis días y mis noches, arriba y abajo, dos acciones que hubo un momento en la acción desenfrenada de nuestros cuerpos desnudos que no pude ejecutar, así que por un breve momento, divague sobre mis acciones, me pregunte si era o no lo correcto, si era lo que quería en realidad, pero entre mis pensamientos surgió una bestia de rojo y negro que devoro cualquier duda sin mas, una bestia formada de placer, dolor y sangre que invadió mi ser, esa bella creación de la vida, ese regalo de la naturaleza desnuda que se atrevía sin miedo a atrapar mi órgano entre sus piernas, esa criatura de extraños matices me susurro al oído mil y un perversiones, y lentamente volviendo a la realidad, pude ver el origen de tan maléfico ser.
Unas uñas largas penetraban mi piel, rasgándola de arriba hacia abajo lentamente, acompañadas de un orgasmo sumamente indiscreto, y allí estoy yo, ahogándome en los jugos femeninos de placer, sintiendo cada uña en mi espalda, y siendo poseído por el demonio del placer que con risa burlona me repite una y otra vez ¨te lo dije¨, y simplemente no puedo mas, me pierdo y regalo toda mi fuerza de voluntad al dios del sexo sin pedir mas que una eternidad abrazado a ese único placer. Y aunque aun no pueda descifrar el arriba-abajo del sexo, me limito a hacer lo que puedo con la poca cordura que me queda, por lo que vuelvo a la acción rápida, sin previo aviso, vuelvo a sentir las dichosas garras apresando mi cordura, esta vez, se sumergen en mi pecho, simplemente pienso que ese es mi final, jamas podre volver a sentir ese mismo placer, y aunque así lo quiera, miles de guerreros esperan ansiosos la batalla contra mi, por la gloria de mis sueños y placeres. Y aunque se que vale la pena morir por una mujer así, el miedo a la muerte derrota internamente al placer y al cariño que le tengo.
Así sin mas termina mi encuentro con ella, la mujer creada para tener sexo conmigo, la mujer creada para no estar mas de una noche a mi lado. Mañana sera un nuevo día según la rotación involuntaria de la tierra sobre el sol, y yo volveré a soñar con esa noche maravillosa en aquel sofá horrible, donde alcance a ver demonios que solo contaban los trovadores. Ojala nuestros caminos estuvieran unidos con la sangre del caballero mas valiente y del borracho mas osado, con seguridad yo la abría besado al dia siguiente y ella me abría besado al día siguiente, pero no, hoy decidimos decirnos adiós entre rasguños de infidelidad y nostalgias de amor.